jueves, 1 de marzo de 2012

Lasaña de chorizo, huevo y champiñones


Para estrenar las entradas de cocina voy a compartir con todos una receta que me saqué ayer de la manga. Me ocurre a menudo que improviso algo con lo que tengo por casa y ayer tenía media lata de champiñones fileteados abierta y preparé una lasaña.
Ingredientes:
100 g de champiñones (de lata o naturales)
2 huevos duros
100 g de chorizo
1 bote de 400 g de tomate triturado (si es hecho en casa, mejor que mejor)
láminas de lasaña (para hacer 4 "pisos")
1/2 cebolla
1 diente de ajo
sal y aceite
queso parmesano rallado
mantequilla
salsa bechamel (cebolla, harina, leche, nuez moscada)
Preparación:
Precalentamos el horno a 180º o, si usamos láminas para lasaña que no hay que cocer en agua sino que se hacen directamente en el horno, a la temperatura que indique el fabricante de las mismas.
Si las láminas de lasaña son de las que requieren previamente cocción en agua, calentamos agua con abundante sal en una cazuela y cuando hierva, añadimos las placas. Ponemos a cocer los huevos en agua con un puñadito de sal, para que después se pelen más fácilmente. Mientras las placas se van haciendo, vamos picando la cebolla y el diente de ajo. Quitamos la piel del chorizo y lo troceamos, yo esto lo hago con las tijeras de cocina, porque el cuchillo para hacer rodajas va muy bien, pero hacer trozos es una agonía.
En una sartén ponemos a pochar algo más de la mitad de la cebolla picada y el ajo con un chorro de aceite y un poco de sal. El resto de la cebolla la reservamos para la bechamel. Cuando la cebolla haya cogido color, añadimos los trozos de chorizo y dejamos que se hagan un par de minutos. Añadimos después los huevos duros rallándolos con el rallador. Removemos para que se integren. Añadimos los champiñones (si son de lata, escurridos, por supuesto; si son naturales, los habremos limpiado, troceado y salteado previamente), mezclamos todos los ingredientes y, por último, añadimos el bote de tomate triturado. Mezclamos bien y dejamos hacer un par de minutos. Retiramos del fuego y comprobamos el punto de sal, rectificamos si hace falta.
En este momento, si teníamos cociendo las láminas para lasaña, ya estarán cocidas. Las escurrimos, las remojamos con agua fría y las extendemos sobre un paño limpio.
Untamos con la mantequilla la fuente de horno que vamos a usar. Yo uso una de 20x20 cm unos 5 cm de profundidad y placas de lasaña de 17x8 cm, así que en cada "piso" pongo 2 láminas de lasaña paralelas. Si encontráis placas más grandes, será más fácil. Montamos la lasaña: empezamos cubriendo el fondo de la fuente con una o más láminas de lasaña, después ponemos el relleno preparado con el chorizo, otra lámina de lasaña (si usamos dos o más láminas por "piso" conviene colocarlas transversalmente, o sea, en dirección perpendicular a las del piso anterior, de modo que la lasaña no se nos divida en dos), el preparado con el chorizo, otra vez la lámina de lasaña, el preparado y terminamos colocando la última capa de láminas de lasaña. Tendremos una lasaña con 4 estratos de láminas y 3 de relleno intercalados.
Preparamos la salsa bechamel, ya sabéis, se sofríe la cebolla, se añade la harina, una vez frita ésta, vertemos la leche templada, sin parar de remover, y la nuez moscada rallada, rectificamos el punto de sal, etc. Echamos por encima de la lasaña la salsa bechamel y terminamos cubriendo todo con una generosa capa de queso parmesano rallado.
Metemos la fuente en el horno. Si las placas de lasaña las hemos cocido en agua, con unos 10' a 180º es más que suficiente, si son de las que se hacen en el horno, respetaremos el tiempo y la temperatura que indique el fabricante. Por último, encendemos el grill del horno y dejamos la fuente 2 minutos más.
Con la fuente y cantidades que he usado yo, salen 4 raciones hermosas, de plato único. A nosotros nos ha gustado mucho. Si alguien se anima a hacerla, ya dirá cómo le ha salido. De paso, os digo que el chorizo que he usado no es italiano, sino traído de España, aquí no existe, hay alguna cosa que se le parece, pero nooooo, nada que ver. El aceite es de Guijo de Santa Barbara, pueblo de La Vera, comarca del norte de Extremadura (en una de las próximas entradas hablaré de este fantástico lugar), y la cebolla y el tomate triturado casero son del huerto de Bailo (también tengo reservada una entrada para mi pueblo, por supuesto). Está claro que cada vez que venimos de las vacaciones, volvemos a Italia con el maletero llenito de cosas ricas. Jeje.

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