jueves, 22 de marzo de 2012

¡Métete en tu vida!

Hoy una amiga había compartido en su muro de Facebook esta foto:



La verdad es que ya había visto antes esto texto circulando en algún mail. Y lo cierto es que hay mucha, pero mucha-mucha gente que se dedica a hacer este tipo de preguntas. Y lo más curioso: normalmente son gente a la que no debería ni irle ni venirle tu vida. Pero ellos son así, tienen que saberlo, y lo peor es que muchas veces la pregunta va con recochineo, en plan "a tu edad y aún no..." y seguida del correspondiente consejo "pues yo que tú..." ¡aaaaah! Ese es el problema: que tú no eres yo.

La pregunta del novio, jaja, "¡Qué! ¿No te echas novio?" Sí, claro, para darte gusto a ti. Como si lo de echarse novio fuera sencillo, y además, si te lo echas y no te dura mucho, porque no es oro todo lo que reluce, también te lo echarán en cara. Es como el chiste aquél, del chico al que en todas las bodas sus tías le preguntaban: ¡Qué! ¿A ver cuándo vamos a la tuya? y él en el siguiente funeral les dijo : ¡Qué! ¿A ver cuándo voy al vuestro?. Pues eso, que muchas veces entran ganas de responder, y de responder mal.

Yo, hoy en día, pediría a este tipo de gente que no pregunten a las parejas si no traen el bebé, ¡por favor! ¿Es que a estas alturas no se han dado cuenta de que cada vez la gente se pone a la tarea más tarde y que, como consecuencia, hay muchos más problemas de fertilidad? Tiene que hacer mucha gracia que tú lo estés intentando por todos los medios habidos y por haber y llegue un o una tocapelotas metiendo el dedo en la llaga... Que además, los problemas de este tipo no suelen hacerse públicos, no por nada, pero bastante suelen doler en el seno de la pareja, como para encima, ser la comidilla del resto. Y luego, que hay parejas que no quieren hijos, pues estupendo, no los van a tener por el mero hecho de que insistan en preguntarles.

Pero esta gente es de esas que si se muerden la lengua, se envenenan:
- ¡Uy! Si no trabajas, ¿por qué llevas a la niña a la guardería?
- ¿Y por qué no la voy a llevar?¿Así aprende bien el italiano?
- Ya, claro, y así puedes ir a tomar café tranquila y vivir como una reina.

Sí, efectivamente, he tenido hijos para no cuidarlos y pasar de ellos, ¿sabes? Pues, para empezar, el café no es que me mate y, sí, alguno me tomo, pero vamos, no soy asidua, y el tiempo que me queda libre lo dedico a hacer un sinfín de cosas, te aseguro que no se convierte en tiempo perdido. Además, cuando me tomo un café, suele ser con amigas y a eso no le llamo perder el tiempo. Y segundo, ¿la guardería me la pagas tú? No, ¿verdad? Pues entonces, olvídame, que yo creo que lo que tienes es un poquito de envidia.

O si no, otra, nada más tener nuestra segunda hija, como felicitación, va y me dice uno:
- Pues nada, ahora que ya tenéis dos, que tu marido se haga la vasectomía y listo.
Ay, gracias, en serio, muchas gracias por organizarnos la vida, pero que tú sólo quieras dos, no quiere decir que los demás sigamos el mismo patrón (y con esto no quiero decir que vayamos a tener 3, que nadie se monte la película, jaja).

Y la que más me revienta, lo siento, es la de llegar de vacaciones al pueblo y:
- ¿Hasta cuándo os quedáis?
- Hasta tal día
- ¡Uy! ¡Qué poco tiempo! ¿Y eso?
Vale, perdona, la próxima vez que organice mis vacaciones, te llamaré antes y te preguntaré a ver cuántos días te parecen suficientes para poder contentarte y dejaré para otro momento mis otros planes. Lo mismo no te has dado cuenta de que ya no tengo 12 años, sino 30 y muchos, que no tengo 3 meses de vacaciones, sino 1 escasito, y que he ampliado mis horizontes geográficos. Que con 12 años estaba aquí todo el verano y me lo pasaba muy bien, pero ahora que sé que existen otros lugares en el mundo, me gustaría verlos, si no te importa, claro.

Y es que la gente es muy aficionada a meterse en la vida de los demás, a querer saber demasiado y a opinar sin saber de la misa, la mitad. Cada uno tenemos nuestras metas en la vida y nuestras circunstancias personales y familiares y no tenemos por qué dar explicaciones a nadie de lo que hacemos o dejamos de hacer ni de nuestros planes futuros. O, al menos, podemos elegir a quién dar estas explicaciones. Y está claro que quien se merece estas explicaciones no suele hacerte este tipo de preguntas. Así que, la próxima vez que alguien ataque creo que me voy a lanzar directa a la yugular y voy a responder en modo muy borde, porque como sé que mi respuesta no satisfará al cotilla, al menos me quedaré más a gusto que un arbusto.

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